Situada
en la zona suroeste de Norteamérica, es la región más calurosa -y una
de las más áridas- del continente y del hemisferio Norte, alcanzando y
sosteniendo en verano temperaturas casi equiparables a las del Sahara.
Hablamos del desierto de Sonora, en la frontera entre EE. UU. y México, y
del Valle de la Muerte y el desierto de Mojave, ya íntegramente en
territorio estadounidense.
Alberga
paisajes inhóspitos de belleza desoladora, y su casi permanente
anticiclón lo hace un lugar ideal para la observación de un inmaculado
cielo nocturno.
Todos tenemos grabadas en la mente las interminables rectas de asfalto que comunican las principales ciudades del Oeste.
El
desierto de Sonora es hogar de la mayor especie de cactus existente, el
saguaro, y de uno de los mayores lagartos, el monstruo de gila. La
conflictiva frontera entre EE. UU. y México atraviesa estos paisajes y
es un eje que vertebra la actividad relacionada con el contrabando de
drogas y la inmigración ilegal, por lo que se le conoce tristemente
desde hace décadas. Numerosos mejicanos se juegan la vida atravesando el
Río Grande a diario para encontrar una vida mejor en la tierra de las
oportunidades.
No
obstante, si hay algo que hace brillar con luz propia a esta región, es
el dinamismo que se está observando en los últimos años. Digamos que se
está reinventando y rejuveneciendo. Phoenix, por ejemplo, la mayor
ciudad del estado de Arizona, es la urbe con mayor crecimiento del país.
El suroeste está de moda. Interminables océanos de unifamiliares riegan
el extrarradio de ciudades como la citada, expandiéndolas hasta límites
insospechados con el sello americano de "cuanto más grande, mejor".
Aquí todo es amplio e inabarcable.
Más
al norte, en el Valle de la Muerte y ya entrados en el estado de
Nevada, hallamos un lugar que, paradójicamente, posee uno de los índices
más elevados de contaminación lumínica de todo el mundo. La ciudad de
Las Vegas. Un edén -o reducto pecaminoso, según se mire- que brilla en
mitad de la profunda oscuridad del desierto. Su archifamosa avenida
principal, The Strip, está cercada por imponentes rascacielos
que hacen las veces de casinos y hoteles de lujo, como el Bellaggio, con
su inmensa fuente. Los amantes de las emociones fuertes también pueden
recibir su dosis, alejándose un poco de los atractivos típicos de la
ciudad, en la Stratosphere Tower y sus atracciones situadas en la
azotea, a más de trescientos metros de altura. Sin lugar a dudas, un
viaje en su raíl de montaña rusa que asoma el vagón al vacío, hace que
uno valore su vida como pocas otras cosas.
No
quería dejar este cautivador paraje sin citar una pincelada de arte
incrustada, literalmente, en su árido sustrato, allá por el estado de
Texas, cerca de la ciudad de Amarillo. Se trata del Cadillac Ranch,
una serie de vehículos empotrados en la tierra y pintados con graffiti
que dan muestra de lo que el entorno y la mano del hombre puden llegar a
sorprender.
Espero que os haya gustado este recorrido. Gracias por leer.
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